


Alpine y Colapinto, al borde de una penalización por motor en la Fórmula 1

15 de septiembre de 2025 16:14
Franco Colapinto atraviesa un momento decisivo en su temporada de debut en la Fórmula 1. Más allá de las dificultades de rendimiento que arrastra el Alpine, el joven argentino podría enfrentarse en breve a una sanción en la grilla de partida debido al uso de componentes de la unidad de potencia. El impulsor que equipa su monoplaza ya acumula cuatro carreras consecutivas sin modificaciones, un límite que lo deja al borde de la penalización.
La situación tiene un trasfondo particular: Colapinto heredó el auto y la gestión de motor de Jack Doohan, quien en apenas seis carreras con el A525 consumió gran parte de los elementos disponibles. En ese período, Doohan utilizó tres de los cuatro cupos reglamentarios en piezas clave como el turbocompresor (TC) y la unidad generadora de calor (MGU-H). Esa “herencia mecánica” condiciona ahora al piloto de Pilar, que se ve obligado a correr con un motor al borde del colapso reglamentario.
Las unidades de potencia modernas en Fórmula 1 están compuestas por múltiples elementos: el motor de combustión interna (ICE), el turbocompresor, el MGU-H, el MGU-K, la centralita electrónica (CE), el sistema de almacenamiento de energía (ES) y el escape (EX). La normativa de la FIA permite el uso de un máximo de cuatro componentes por temporada en los apartados críticos: ICE, MGU-H, MGU-K y turbocompresor. Superar esa cifra obliga a recibir sanciones en la grilla.
En el caso de Colapinto, ya se encuentra en su quinto componente de varios de estos apartados, lo que anticipa una sanción inevitable. La degradación acumulada durante los últimos Grandes Premios de Bélgica, Hungría, Países Bajos e Italia no solo lo deja expuesto a un castigo deportivo, sino que además afecta directamente el rendimiento del auto, de por sí uno de los menos competitivos del campeonato.
Ante este panorama, Alpine debe tomar una decisión estratégica: mantener el motor actual, sacrificando velocidad y confiabilidad, o reemplazar componentes y asumir la penalización. El próximo Gran Premio de Azerbaiyán aparece como un escenario propicio para ejecutar este cambio. Se trata de un circuito urbano de máxima exigencia para los motores, donde el equipo francés difícilmente pueda aspirar a una buena clasificación. En ese contexto, perder algunas posiciones por sanción no representaría un daño significativo.
Además, la jugada podría tener un beneficio inmediato de cara a la siguiente cita en Singapur, programada para el 5 de octubre. Allí, en un trazado más técnico y con menor dependencia de la potencia pura, disponer de un motor renovado y con menos desgaste podría significar una ventaja competitiva frente a sus rivales directos.
Colapinto no es el único en esta situación. Según los reportes oficiales de la FIA, otros pilotos también aparecen marcados “en rojo” en lo que respecta al uso de motores. Entre ellos figuran Lewis Hamilton con Ferrari, Yuki Tsunoda con Red Bull, Kimi Antonelli con Mercedes, Fernando Alonso con Aston Martin y Liam Lawson con Racing Bulls. En cambio, Pierre Gasly, compañero de Colapinto en Alpine, todavía cuenta con un recambio dentro de lo permitido.
Así, el GP de Bakú podría marcar un punto de inflexión en la temporada del piloto argentino. La combinación de desgaste mecánico, limitaciones reglamentarias y la estrategia de equipo definirá no solo su posición de partida, sino también las posibilidades de mejorar en una segunda mitad de campeonato que hasta ahora ha sido cuesta arriba.